Bajo mis pies se mace blanca espuma
el mar resuena con matices nuevos,
dónde me llevarán mis pasos luego
que la noche me cubra con sus brumas.
Dónde apaciguar la sed que siempre
me oprime el pecho y arena la garganta
y en la quietud nocturna se agiganta
si no hallo el vocablo más ardiente.
Donde encontrar palabras que me colmen
cómo armar el verso azul que encuadre
con la voracidad que en mi alma arde.
Lo buscaré en los ojos de los niños
en los seres que claman por cariño
y en la paz del labrador que duerme.
F e l i z 2 0 1 0