sábado, 10 de octubre de 2009

LA LLUVIA Y YO



Llueve
He esperado ansiosa
estar a solas con la lluvia.
La casa duerme.
Salgo en puntillas,
desnudos los pies sobre la hierba.
Dejo correr el agua por mi rostro,
cada gota es un beso.
Se hacen cuenco mis manos
y en sus huecos hago acopio de ellas.
La luz que quiebra el cielo anuncia el trueno.
El asfalto es ahora un largo espejo.
Las hojas del tala
ensayan su danza de hechiceras
en charcos recién nacidos.
Más relámpagos, más truenos
hiriendo este silencio.
Hay alborozo en mí.


¡Y hasta hace pocas horas,
me sentía tan triste!

Julia Cerles