jueves, 22 de octubre de 2009

CASA CERRADA



Es la ausencia
de todo lo antes mío
la soledad
que atisba en las ventanas
y la grieta, en la pared trasera,
que lanza
la pregunta sin respuesta.


Es silencio
de voces y de risas
es el patio
que ya nadie transita
y aquel sauce tortuoso
cuyas trenzas
lloran con la tristeza de la lluvia.


La observo,
herrumbre y niebla,
desolado jardín tras de la reja.
Un grito de orfandad oprime el pecho
y muere sin nacer,
en la garganta.


Ella me mira desde su cemento,
adivino el reproche por mi exilio,
de sus paredes vetustas
brota el agua
que no pueden verter
mis ojos secos.


Regreso hacia otra casa,
sin patio,
sin árbol,
y sin risas…


Es octubre,
su sol orla los pinos
y acaricia mi rostro con su brisa.


Julia Cerles