Te vi en mis sueños.
Te vislumbré en el paisaje
que se adentró en mis ojos
a la hora que el cielo besa el lirio
y la luna cansada se recuesta
en la profunda intimidad del pozo.
Y fuiste realidad
cuando el destino te puso a mi costado
con tu ofrenda de frutos sazonados
bajo el sol ambarino de septiembre
y el canto de la acequia fue más claro
y más suave el viento en los hinojos.
Y tuvo nuestro encuentro la pureza
con que la luz del alba deshilacha
el velo misterioso de la noche
y devora sonámbulos fantasmas
cuando esgrime su pincel de oro
y tiñe de esperanza la mañana.
A la hora que el cielo besa el lirio
fuiste puente desde mi alma al sueño
una hoguera de sol entre mis palmas
y la simiente que alumbró mi vientre
Hoy eres el camino que claudicó en el polvo
un aleteo apenas en mi cielo de otoño.
Julia Cerles