Primavera
Juan Carlos Benítez
Sobre la piel gastada de mis sueños
cultivé rosas blancas,
y aspiré de su aroma en noches negras
y en auroras de tenue luz dorada.
Con el poco de fuerza que aún quedaba
levanté estandartes de esperanza
y derribé los muros que cercaban
mi casa, mi patio y mi alma.
Deambulé en libertad, sin atavismos,
sin candados cerrados por mandatos,
sin culpas ni temores, sin fronteras
anduve el camino hacia mi alma.
Me encontré al fin, en un rincón oscuro,
pequeña y desvalida,
me abracé con ternura renovada
entonces, fue la luz
alumbrando el regreso.
Ya no habré de dejarme.
Julia Cerles