Con la avidez de la piel
intransitada,
con las manos repletas
de ternura,
así como el sediento
espera el agua,
te espero.
Te pienso en horas
que le robo al sueño,
invento para vos
nombres inéditos,
mientras la noche
con perenne rueda
desgrana este silencio.
Desoigo el grito
del reloj inapelable,
ignoro el tiempo
acorralado en el espejo,
me adorno
con luciérnagas doradas,
me aromo a primavera.
Ruego a mi noche eterna
que me huelas,
me intuyas,
me descubras
y me elijas.
Julia Cerles
Deslumbrante. Tus poemas siempre lindísimos.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte. Soco
Precioso Julia, aún en la espera.
ResponderEliminarY me gusta mucho además que pongas tus fotos.
Un abrazo
Silva
El maravilloso rito de la preparación, esa magia que produce la espera con esperanza; que hace que se inventen y piensen tantas cosas, de cómo ser aún más feliz, cuando llegue ese momento de ser elegida. Muy bello, me da una idea de muchas cosas este poema, no sólo algo amoroso, sino de vida. Es especial.
ResponderEliminarBesos, Anouna
Qué bonito poema, Julia. Sencillo y dulce, lleno de amor y de esperanza. Me gustó mucho.
ResponderEliminarLa chica de la foto está fantástica! :D
Un abrazo
Conchi
Julia Cerles, para el amante la espera se hace siempre larga, penosa, y a la vez llena de esperanza, esperando la llegada de quien tanto anhela
ResponderEliminarLa niña vuela
Buscando los cielos
De quien anhela
Abrazo sincero
M. Ángel
Es hermoso Julia. Un texto muy sentido.
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